Drogas sur, drogas norte

Drogas sur, drogas norte: reflexión del desayuno

Normalmente, me parece que leer el periódico los lunes festivo es bastante aburrido. Hay unos 3 artículos y pareciera que en el mundo no ha pasado nada durante las últimas 48 horas. No alcanzo a acabarme mi primera taza de café (normalmente tomo 2) cuando ya masomenos capté lo esencial de las noticias del día. Aún así, doy gracias por que Calvin y Hobbes sigan en la última página…

Sin embargo, encontré irónica la información del ejemplar de El Tiempo de hoy.

En primera plana, la regulación de la de por si ya controvertible reforma constitucional sobre la dosis mínima. 12 años de cárcel para los dealers (¿6 si lo admiten?), 48 incluso si venden a menores de 14 años (¿24, entonces?). «La policía llevará a los sospechosos a centros especializados donde expertos determinarán si la persona es adicta o comerciante, en el primer caso se le ofrecerá tratamiento». Entonces, ¿un buen actor podrá recibir un ofrecimiento de tratamiento y rehusar tan amable favor?

Entonces me pregunté: ¿Y a qué cárceles desocupadas tienen planeado llevar a los que resulten (sabrá mandraque cómo y quién lo determine) traficantes de droga? Además, ¿va a ser con los impuestos que paga mi papá que toque sostener a gente que, probablemente, resultó en ese mundo fue por falta de oportunidades? ¿y con los que digan: no gracias, estoy feliz en mi entumecimiento, qué van a hacer? ¿van a hacer una finca donde poner indeseables?

Mientras discutía todos los anteriores entre los vapores del tinto, pasé de página y me encontré con la nueva política de lucha anti drogas de Obama. PREVENCIÓN, EDUCACIÓN, etc.

Sí, el esfuerzo dedicado a estos dos pilares  es aún insignificante pero es un enorme avance. Pero nosotros, seguimos empeñados en políticas anticuadas de estados policías. (Como en el caso de Bahía Málaga: cuando el mundo por fin se empeña y «goes green» nosotros queremos hacer un puerto en la bahía donde nacen las ballenas del Pacífico)

La cuestión es aún más interesante ahora que faltan dos semanas para la primera ronda de la contienda electoral, ¿Qué opinarán los candidatos al respecto?

Para terminar, me pregunto si el efecto simbólico que probablemente pretenden crear las nuevas leyes «Rechazamos las drogas» vale la pena – simbólico, porque no veo como sea viable -, o si simplemente va a ser un símbolo de «En Colombia la legislación no es viable y, por tanto, en realidad no importa…»

¿No será, quizá, hora de empezar a pensar legalizar la droga y adelantar SIMULTÁNEAMENTE políticas de educación, prevención, socialización, etc que creen una conciencia madura y responsable sobre los que las drogas implican para el país y para la dignidad humana? A ver si, al menos, seguimos a la estrella polar cuando pareciera que tienen buenas ideas…

Oruga