Posteado por: aliciaenelpaisdelasmascarillas | noviembre 10, 2010

Por qué seguir leyendo El Tiempo?

 

Como ocurre cada vez que alguien cambia algo que hace mucho no cambiaba, a todos nos sorprende. Ese es el caso de El Tiempo, el periódico de circulación natural que hace poco reveló su nueva propuesta. Decidí esperar un par de semanas para decantar lo que sentía y escribir con un poco más de (supuesta) objetividad.

La nueva «cara» de el periódico El Tiempo ha provocado múltiples reacciones de la más diversa índole.  En mi caso, la respuesta fue de total rechazo. No  me gusta la primera plana, no me gusta la división del periódico en sí, no me gusta la diagramación, no me gusta nada. Lo que definitivamente menos me gusta es que a un periódico le dé ahora por decirme lo que «debo saber», «debo leer», «debo saber».

A mi me gusta que me informen las noticias de forma clara y coherente, pero no que me instruyan qué es exactamente lo que tengo que hacer con mi tiempo, ni cómo gastarlo. Lo que le ocurrió a ese periódico no fue sencillamente un cambio de imagen. Cambiar de imagen es mantener la calidad informativa y cambiar la forma. El Tiempo no sólo puso foticos y colores, sino que cambió radicalmente su forma de informar. De un momento a otro, es noticia de primera plana que el Valet Parking del aeropuerto El Dorado estrella carros; un dato curioso que no pasa de ser eso y que está muy lejos de ser una noticia que afecte a la coyuntura nacional. Los diarios no son sólo para contar anécdotas triviales, sino que son también formadores de opinión. Y eso parece que se les olvidó… o decidieron olvidarlo.

 

En últimas, la única razón que nos queda para abrir El Tiempo por la mañana es que mantuvieron la sección de condolecencias. Y a mi por ahora, me encanta saber quién se murió. Lástima que El Espectador no tenga esa sección.


Respuestas

  1. Personalmente añoro los domingos cuando en casa peleábamos por la llegada del periódico, en especial por el primer cuadernillo y las lecturas dominicales. Crónicas, análisis históricos, reseñas de grandes autores y el infaltable Quino con su Mafalda y Fontanarrosa con el magnifico Boggie el aceitoso, que tiempos.

    Entonces encontramos que los cambios son necesarios y más aún cuando el avance de la tecnología arrasa con las viejas costumbres. Los tradicionales lectores desaparecen día a día, la internet ha secuestrado la información y obliga a los antiguos medios a sacrificar su capacidad por no morir ante este medio gratuito y voraz.

    Pero como el caso es el cambio de El Tiempo, me permito comentarte que la vez que me presentaron el rediseño me dolió. Si, es un diseño más gráfico, más colores, más imágenes, menos texto, diseño evaluado y garantizado por el guru del rediseño internacional. Algunos de los invitados preguntamos porque la imposición de los titulares “DEBES SABER, DEBES HACER, DEBES LEER”, y la respuesta fue muy sencilla “Se evalúo la cotidianidad del público colombiano y no se plantea como una imposición sino un consejo, una invitación”.

    ¿Invitación para ver colorcitos bonitos y menos información?
    ¿Invitación para preferir Internet?
    ¿Invitación para buscar el Espectador los fines de semana?

    No lo se, pero me declaro engañado y ofendido como lector.

    Es curioso que tu sección favorita sea la de avisos mortuorios. Pues para tu información es una de las secciones más representativas económicamente para la nueva casa editorial española. Es suficiente que realices la cuenta, un aviso más o menos medianito tiene un costo aproximado de $600.000, ¿Que tal cuando muere un industrial o uno de los adalides de la política colombiana?


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